La prohibición fue solicitada por la asociación Dignidad y Justicia, que presentó un escrito recordando que en la marcha celebrada el año pasado por las mismas fechas se exhibieron fotos de miembros de ETA en "un claro acto de menosprecio y humillación a las víctimas del terrorismo y a sus familiares". Aquí vemos una foto de la manifestación aludida por Dignidad y Justicia de Enero de 2009.
La prohibición de la marcha convocada bajo el lema "Euskal presoak Euskal Herrira dagozkien eskubideen jabe" es "una nueva medida represiva en contra del deseo de la gran mayoría de la sociedad vasca, de los derechos civiles y políticos, del derecho de reunión y manifestación y de la propia libertad de expresión", destaca Etxerat.
La asociación de familiares de presos, convocante de la marcha, enmarca el veto en la progresión de medidas adoptadas para vulnerar los derechos de sus familiares y allegados. Las intoxicaciones mediáticas, los ataques directos contra familiares, la cruzada contra las fotografías de los presos, la amenaza de la ilegalización de Etxerat y los cacheos ilegales y la humillación antes de entre en los vis a vis compilan el año en el que la dispersión cumple veinte años.
Vulneración de derechos
En en ese contexto donde Etxerat inscribe la prohibición de la manifestación. "El Estado español pretende legitimar judicialmente unas medidas de carácter político. Esas son sus herramientas para hacer invisible una incómoda realidad: la constante vulneración de los derechos de los presos y presas políticas vascas e intentar silenciar la creciente ola solidaria", declara.
Como ejemplo de esa "ola solidaria" señala que han llegado a todos los sectores de la sociedad vasca y cita el sindicalismo, la política, la literatura, la música, el bertsolarismo, deportistas de élite, artes escénicas, el cine, las nuevas tecnologías, el mundo de la empresa, los medios de comunicación y el ámbito sanitario, áreas todas ellas representadas en los apoyos logrados por la marcha.
Subraya, por ello, que no cejará en el empeño de que "la ola de solidaridad con los presos políticos vascos se extienda por todos los rincones de Euskal Herria" y destaca que "es hora de acabar con el inagotable chantaje que supone la criminal política penitenciaria vigente".
La asociación de familiares de presos, convocante de la marcha, enmarca el veto en la progresión de medidas adoptadas para vulnerar los derechos de sus familiares y allegados. Las intoxicaciones mediáticas, los ataques directos contra familiares, la cruzada contra las fotografías de los presos, la amenaza de la ilegalización de Etxerat y los cacheos ilegales y la humillación antes de entre en los vis a vis compilan el año en el que la dispersión cumple veinte años.
Vulneración de derechos
En en ese contexto donde Etxerat inscribe la prohibición de la manifestación. "El Estado español pretende legitimar judicialmente unas medidas de carácter político. Esas son sus herramientas para hacer invisible una incómoda realidad: la constante vulneración de los derechos de los presos y presas políticas vascas e intentar silenciar la creciente ola solidaria", declara.
Como ejemplo de esa "ola solidaria" señala que han llegado a todos los sectores de la sociedad vasca y cita el sindicalismo, la política, la literatura, la música, el bertsolarismo, deportistas de élite, artes escénicas, el cine, las nuevas tecnologías, el mundo de la empresa, los medios de comunicación y el ámbito sanitario, áreas todas ellas representadas en los apoyos logrados por la marcha.
Subraya, por ello, que no cejará en el empeño de que "la ola de solidaridad con los presos políticos vascos se extienda por todos los rincones de Euskal Herria" y destaca que "es hora de acabar con el inagotable chantaje que supone la criminal política penitenciaria vigente".