Las Jornadas contra la Ley del Deporte por tercera temporada consecutiva y con más razones que nunca para pedir la derogación de una Ley que continúa maltratando a los aficionados al fútbol y baloncesto semana tras semana.
La arbitrariedad de esta Ley, que dota de total impunidad a los cuerpos de seguridad del estado bajo el pretexto de la lucha contra la violencia, el racismo y la xenofobia en el deporte, se ha ido poniendo de manifiesto cada vez en mayor número de ciudades.
Si antes sólo unas cuantas aficiones habían sufrido de una u otra manera los abusos policiales y las sanciones astronómicas, la indignación se ha extendido en estos doce meses a prácticamente la totalidad de ellas.
Altísimas multas (de 3.000 a 60.0000 euros cada una), sanciones en masa sin prueba alguna, detenciones injustificadas, cuentas embargadas, prohibiciones de acceso a los estadios o juicios administrativos en los que toda persona es culpable mientras no demuestre lo contrario. Tenemos tantos ejemplos como motivos para alzar la voz contra lo que creemos injusto.
Del tipo de aficionado que quieren crear somos plenamente conscientes. Y acuñando la frase que solemos escuchar día tras días en los medios de comunicación, efectivamente que nosotros somos quienes sobramos en este fútbol. Un fútbol donde las deudas millonarias, la servidumbre hacia las televisiones y la insostenibilidad del sistema sólo se maquillan con aficionados-clientes.
Pero nos negamos.Porque por mucho daño que quieran causarnos y pese al alto precio que pagamos cada semana por ello, todavía resistimos a ser simples espectadores de este negocio.